Tengo que reconocer que por un momento mi cabeza ha cortocircuitado, dudando sobre si debería poner rotura o ruptura, pero el hielo es un elemento tangible y material, así que la palabra adecuada es rotura.
La primera entrada del blog es mi lista oficial de palabras guapas, a la que voy añadiendo palabrejas que me gustan y que me las voy encontrando en mi vida o de las que me acuerdo de pronto. Pero la primera entrada como tal, en la que de verdad cuento algo, es esta. Es un poco insustancial, lo reconozco, pero por algo hay que comenzar, por eso la considero una forma de romper el hielo. Yo soy poco constante con este tipo de cosas, pero es cierto que la constancia se trabaja y que me apetece tener un espacio donde compartir reflexiones, costumbrismos y desvaríos. No lo usaré a modo de diario, esas intimidades las escribo a mano en mi libreta. Aquí tengo pensado compartir otras cosas muy variopintas.
De un tiempo a esta parte comencé a escribir algunos sueños de los que me acuerdo al despertarme. Mis sueños son de lo más surrealistas y absurdos y muchas veces los recuerdo de manera muy detallada. En Mastodon no me gusta que la mayoría de mis publicaciones se queden para siempre y tampoco me gusta crear hilos muy largos porque yo soy doña chapas, así que una de las cosas que voy a compartir por aquí son esos sueños, y lo haré bajo el título "Oníricos".
Por otro lado, llevo ya unos once años trabajando en el embrutecedor mundo de la hostelería. Es temporal, transicional, lo juro. En realidad soy historiadora y me estoy preparando para ser profesora de secundaria. Pero mientras soy camarera, y en este trabajo a veces se viven cosas que jamás creeríais. Además, estar detrás de la barra puede llegar a servir como un verdadero estudio de campo antropológico. Así que contaré por aquí algunas reflexiones, anécdotas y experiencias que emanan de mi trabajo como camarera. Hablar sobre ello es, en cierto modo, una válvula de escape. Tengo la idea de que las entradas sobre mi vida de camarera tengan títulos de cócteles, cafés, licores y otros productos que suelo servir.
Otra cosa que me gustaría hacer es hablaros de personas de mi cotidianidad. Me gusta observar a la gente y también me encuentro a personas que me llaman la atención, para bien o para mal. Mis vecinos fumetas en el balcón, los viejos del Chamelo en mi curro, el viejo del barrio que solo silba, yo qué sé.
También quiero escribir reflexiones políticas, porque no me gusta mucho la idea de que mis redes sociales sean tablones propagandísticos, pero al mismo tiempo es un tema de vital importancia para mí. Soy una sucia anarquista y detesto el capitalismo, el Estado y cualquier relación de poder. Todas esas ideas intento aplicarlas en mi cotidianidad en la medida de lo posible, por eso trato de relacionarme y de organizarme políticamente según esos valores y principios. A muchas personas no les gustarán, pero no tengo miedo a la confrontación y al intercambio de ideas y discrepancias. Ahí está lo bonito y lo bello, aunque eso no quiere decir que vaya a tolerar algunas mierdas que me parecen intolerables. En este sentido, mis ideas políticas son ácidas a la par que tiernas, provocadoras e irreverentes. Algunas de ellas son muy firmes, aunque su reflexión, autocrítica y revisión es constante. Así que otra de las cosas que encontraréis por aquí son reflexiones políticas y sociales atravesadas por mi mirada personal y mi ideología anarquista.
Por último, hablaré de música, de cine, de arte, de libros, de humor, de cosas provocadoras, cínicas e histriónicas y de un montón de movidas que me gustan y que me interesan, así como de la cotidianidad, porque me gusta el costumbrismo y en el día a día surgen muchas cosas interesantes que se quedan sepultadas bajo el pesado manto de la rutina. De hecho, lo de la música no es cosa menor, porque soy una melómana empedernida, por lo que puede que en muchas de las entradas ponga enlaces a algún temazo, discazo o grupazo de música que me mole y que esté escuchando en ese momento.
Así que sí, parece que este blog va a ser como ese cajón que todo el mundo tiene en su casa y donde guarda todas las cosas pequeñas que no sabe dónde poner pero tampoco quiere tirar.
Ale, parece que ya he roto el hielo y que he declarado mis intenciones. La que avisa no es traidora. Adiós, gudbay, ofvidersen, ogvuá, chao.